viernes, 7 de enero de 2011

BESOS



Posar una mano sobre el rostro pálido,
Sentir como tiembla al acomodarse el cabello,
Palpar en el tacto el silencio cálido,
Y cubrir las estrellas con un lienzo bello.
Tomarlo por las manos y reír un poco,
Regalar la luna cuando está nublado,
Conversar un rato y cerrar los ojos,
Disfrutando al máximo de quién está al lado.
Acercar los labios preparando algo especial
Sabiendo que es imposible huir en dirección opuesta,
Correr con el soplido del viento al vuelo espacial
Y seguir riendo por las risas a cuestas.
Juguetear con el roce de la nariz contra otra,
Detener todo de golpe y olvidar de las acciones, la cordura,
Saborear de repente, la aventura de la boca
Que ya no tiene llaves ni tampoco cerradura.
Ya un segundo no lo será más,
Será solo una muestra taciturna del cariño guardado,
Prometiendo cosas que no se pueden improvisar,
Cuando dos personas se convierten en soldado.
Un soldado sin pistola ni armamento,
Únicamente provisto por las ansias del deseo
Y se borran los suspiros, las ilusiones, el momento,
Quedando en la memoria, fidedigno, el recuerdo.
Continuaremos afanando con los límites siniestros
Que se pueden encontrar al terminar lo que se busca;
La fusión universal de los cuerpos nuestros
Cuando llegue la luz y la muerte se luzca.
Acabaremos mirándonos perpetuos, hermosos inmortales,
Sonrojados por la dicha que emana por la frente,
Haciendo notar el morbo que nos transforma en animales
Y saldremos caminando por entre la turba de gente.
Pasaran los días, se apagará la luna y hablará Dios,
Hasta que nos reunamos otra vez, cuando el tiempo mande,
Y nos encontraremos como siempre, solos los dos,
Y no sabremos si besarnos en la cara o en otra parte.
Ahí irrumpiremos con el dilema perturbador,
Que encasilla a los labios a permanecer presos,
Hasta que tomen autonomía y enciendan el motor
De las ganas desquiciadas de volver a probar tus besos.


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