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domingo, 8 de noviembre de 2009

juego de estrellas.


Y sentir el olor a tierra mojada, tras un periodo de sequía considerable, dejar que se impregne en los poros, que corra por la sangre, después de asimilarla en la punta de la nariz, provocando la nostalgia inexplicable por recuerdos de la infancia alejada.
Bailar al compás del polen volatizado que se escondía entre las grietas del suelo y que ahora dibuja ilusiones con forma de corazones con alas transparentes y pedazos de carbón donde debiera ir marcado con fuego y con lágrimas de dolor austero, tras dejar ir al amor de las manos de los enamorados. El nombre del que pienso antes de dormir.
Correr con las ninfas a jugar frente al lago y agrupar las estrellas disponiéndolas de tal forma que puedan transmitir el mensaje que guarda mis secretos al hombre que los provoca…que atraviesen el mundo y le muestren lo que yo no soy capaz, por temerle al miedo de tremolar frente a sus ojos, pero que desfallezco sino llego a mirarlos antes que cante el gorrión y ahuyente a mis compañeras nocturnas.
Silbaré de noche entera canciones románticas que me limitan a solo pensar en el supuesto que se crearía si es que mis labios decidiesen vivir pegados a los tuyos… silbaré tu nombre mil veces por silbido, para atormentarme y caer exhausta buscando que tus brazos me cobijen… pero qué veo, el cielo se nubla, el viento corre ahora conmigo, el mensaje se esfuma y yo dejo de silbar, comienzan a cantar los grillos que saltan entre mis tobillos acariciando mis pies mojados por el rocío; las luciérnagas se forman delante de mi cabeza brillando como nunca antes el humano las ha visto y decoran mi cabello lacio y oscuro como los diamantes a la corona, el anillo y el collar; los queltehues deciden callar y tapar a sus crías, simplemente desaparecen de los caminos, las estrellas me distraen con su cintilar radiante, dejando al descubierto un universo de joyas exquisitas e inalcanzables, cubiertas por un lienzo aterciopelado negro y azabache, yo silbo de nuevo por la alegría de ver mi plan en marcha y por el olor a tierra mojada que se levanta con cada bocanada de aire tibio que el viento exhala en mi cara. Veo a los queltehues levantar el vuelo perturbando mi estado de trance inducido, observando en el cielo que la estrellas cambian de posición dando respuesta a mi mensaje, escribiendo sobre las techumbres de una cuidad en llamas de parejas un: “yo también”
Ya no estaba sola en un mundo de a dos, existía alguien lo suficientemente loco como para transportarse al firmamento y jugar con el éter y sus acompañantes, ahora solo restaba encontrarlo… pero ese es el trabajo de las abejas.


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER

lunes, 23 de marzo de 2009

CONFESIONES DE UNA ESTRELLA


A tres dedos de la luna me encuentro
con más pesares que el diámetro de ella
siendo confidente de cientos,
siendo nada más que otra misera estrella.

Alumbraré más que el astro en su vida, hizo nunca,
formando constelaciones con nubes estacionarias
virginal, inalcanzable, teniendo por pugna
las mil y una historia de amor imaginarias.

Hasta el momento en que decida al vacío lanzarme
dejando un rastro de cósmiscas ilusiones
mientras los brazos se estiran tratando de alcanzarme
y pedir el deseo morir entre canciones

Tres segundos durará mi luz celestial
y millares de voces se alzaran pensando
en el paradero de la estrella que ya no alumbra monumental
el espacio gris del cielo arrebolado.

Cinco segundos quedaré en el inconsciente popular
antes de que el éter acapare de nuevo las miradas
aunque pasaran milenios antes de que espacio se vuelva a poblar,
de luz incandescente, para las personas enamoradas.

A tres dedos de la luna me encuentro, sola
y nadie más que yo, brilla tan alto
odiada por los otros que componen mi estola
de radiación romántica y agridulce canto.

Sueña un pensamiento, siente la amargura
de ser observada siempre y completamente
aunque sepas, que es por la luna
y jamás por ser la estrella que alumbra en la mente.

Mi luz duró seis segundos
y el olvido...el tiempo en que se muere el mundo....


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
© Francisca Kittsteiner, 2008 - 2009.
- Franykityzado por Klaus, ©2009.