¿A qué hora volveré a escuchar tu voz?
¿Por qué de pronto, se volvió errático mi pulso?
¿Fue coincidencia, azar, destino? … el día se agota y yo,
desespero. No hay mucho por hacer y lo cotidiano se transformó en tedio. Me
abruman las paredes, desaparece el aire, así como hace poco, se extinguió la
libertad. Una hora pasa arrastrándose por las piedras, derramando sangre como
ofrenda a los demonios que, de seguro, vendrán a atormentar a la primera que
puedan. Las noches se volvieron febriles y agitadas, cargadas de miedos y de
soledad. Hay angustia en todos lados, un grito contendido clamando por piedad.
Voy dando tumbos en torno a la locura.
¿cómo puedo enamorarme de unos ojos? Ahora las sonrisas
desaparecieron tras las mascarillas quirúrgicas conquistadoras del mundo, ahora
que el contacto es destructivo, cuando un abrazo puede matar, sin embargo,
bastó mirarte ¿Cómo? ¿será el hastío? ¿la
psicosis nacida en el encierro? ¿qué día es hoy?... no veo luz para la
humanidad.
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
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