martes, 12 de agosto de 2025

TERCER CÁNTICO PARA DON JUAN


 





Es esa complicidad remanente la que despertó de pronto con un simple beso dejado en mi frente secundario a un impulso infantil. Fue el despertar de un sentimiento dormido a la fuerza tiempo atrás, porque en aquel entonces mis intenciones no tenían un destino próspero.

Fuiste todo lo que en su momento quise Don Juan: mi fiel caballero de armadura desgastada y el despojo de un corazón marchito que quizá qué romance ponzoñoso lastimó. Mi amigo certero, cuando los demonios me inundaban y en secreto, el hombre que amé desde el primer momento.

 Fue en un instante tan efímero, entre nuestros coqueteos habituales, que deseé arrancarte la ropa con desespero, secuestrarte silenciosa hacia las profundidades de una habitación cerrada y rasguñarte la piel cuando mi cuerpo fuera tuyo. Besarte  y morir en otro beso. Todo por uno inocente. ¿Pero es suficiente para derretir el hielo dónde me fui de refugiar?

Extrañé tus brazos, mi amado Don Juan, donde la calidad del mundo se condensaba en algodones de azúcar para jugar a ser de nuevo una princesa enamorada de su príncipe Azul. Extrañé el olor impregnado en mi ropa después de dormir una tarde entera en tus hombros: Olor a humo trasnochado y deseos sin consumar.

Extrañé la forma en la que pronunciabas mi nombre, descomponiéndolo en silabas, confesando devoción con cada letra, hablando un idioma completo antes de terminar de decirlo.

En menos de un segundo quise pararme y correr detrás de ti, robarte todos los besos con los que imaginé en la contemplación obsesiva de tus labios. Tanto daño causaste Don Juan que mi corazón volvió a llorar en mutismo por tu ausencia y por la sapiencia de que haga lo que haga, nunca vas a volver a mí.



ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

© Francisca Kittsteiner, 2008 - 2009.
- Franykityzado por Klaus, ©2009.