jueves, 17 de noviembre de 2011

ELLA ESTÁ TRISTE



Ella está triste y nadie lo nota,
Porque hoy volvió a brillar como la noche anterior,
Aunque su traje plateado sigue absorbiendo la gota
De la lágrima derramada sin motivo ulterior.
Ella no es feliz y a nadie le importa,
Mientras siga donde está todo está perfecto,
Pero nadie le pregunta el problema que la exhorta
Y que le ha puesto llanto en los ojos por defecto.
Ella ha perdido la razón de continuar alumbrando
Y se opaca conforme el tiempo se burla,
Al pasar tantos años y continuar mirando
Lo que no puede tener por mucho que le gusta.
Ella sigue en carrera persiguiendo a su amor
Que le rehúye de día y se esconde por el ocaso,
Pero no se desanima porque sabe que aquel calor
Será suyo cuando se acabe el funesto caso.
Ella está triste y nadie le dice a la cara,
Que no es malo sufrir con tal dolor,
Porque de sacrificios se forja la victoria rara
Y que algún día, enamorará al sol.
Ella está triste porque no quiere volver a esperar,
Mientras todos andan de la mano de Cupido
Y ella mira lo que no tiene y le gustaría crear
Apenas se desequilibre la Tierra y alcance a su sol querido.

ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER

viernes, 4 de noviembre de 2011

IMAGINÉ


Imaginé que todo ere distinto a lo que de verdad es, que tú y yo aún existía fuera de los brazos cándidos del infierno en era glacial temprana, que nadie sabía lo que ocurría bajo el hecho de las miradas cruzadas al azar y que confiesan más cosas que el discurso que pretendo decir para salvar lo que nos queda por salvar, aunque con eso renuncie al orgullo del que me vanaglorio sin que nadie me asegure victorias o tratados de paz.

Imaginé que volvías a besarme, esta vez de verdad y declarabas al susurro matutino que hace tiempo esperabas por mí, y que tú eras aquel que me prometieron al nacer: mi príncipe multicolores que ha recorrido un mundo buscando a la princesa oculta en melancolía plausible y añeja; mi caballero medieval que viene a rendirle honores a la reina que ha tomado por conquista los territorios indómitos de un corazón hecho trizas con el paso del los años, lo que yo necesito y quiero para ser plenamente feliz y en tus brazos dar mi último suspiro antes de partir a las infinidades del cielo.

Imaginé que la totalidad de las lagrimas vertidas habían valido la pena y que todavía quedaba una por llorar, cuando el universo se alineara y diera la venia para que a la hora exacta en que Dios decida cerrar los ojos, en tu vientre descanse el mío, y que los cuerpos yazcan agotados hasta que el sol no aguante más los celos y nos golpee en la cara con sus rallos de oro.

Imaginé que no te había conocido, que ese día pasé por tu lado sin mirar y jamás llamaste mi atención, que nunca te quise, que me eras indistinto, uno más de tantos que caminan por la calle y mientras armaba el cuadro se borró la sonrisa perenne de mi rostro y el cielo se oscureció, sentí dolor en el pecho y que la sangre se me escapaba de las venas. Te prefiero distante, frío, indiferente, a que no existas. Prefiero seguir sufriendo y llorando por las noches una y otra vez, de aquí al infinito, antes de que ser infiel al cariño masoquista que profeso por ti y por eso, moriré bajo el amparo tortuoso de una amistad sin escapatorias. (Sin embargo, hay veces en que prefiero mandarte al carajo)

Imaginé que cuando vistiera las galas de un vestido azul, bailaríamos hasta que las piernas no aguantasen ni el roce de una pluma, que tú me tomarías por la cintura como si tuvieras miedo de perderme o que la canción fuese a acabar de forma repentina y yo, armaría una fortaleza en el resguardo de tus hombros. Se terminará la fiesta, la música y nosotros seguiremos bailando hasta que se nos ocurriera otra cosa qué hacer.

Imaginé que había una segunda parte de la historia que quedaba por escribir, la que se tardaba un poco porque no conseguí un lápiz y un papel donde plasmarla, que se creaban nuevos personajes que llegan a amenazar las fantasías de él y las mías dando luces de ofrecer algo mejor a lo que nosotros podemos entregarnos, eran tentadores y más de alguna vez caíamos en las garras de lo prohibido, pero que es sensual, aunque, ya pasado el tiempo, habiendo cedido los dos, nos volveríamos a ve y sería incontenible correr a los brazos del otro para entregar los besos que debimos darnos desde un principio y que quedaron en suspenso…no habernos separado nunca.

Imaginé que todo lo que había imaginado, antes de que a Abril se le escapara la vida, lo estaría viviendo y sería mi derecho sagrado despertarte con un beso en la frente, cuando el sol decidiera atacar nuevamente.


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER

© Francisca Kittsteiner, 2008 - 2009.
- Franykityzado por Klaus, ©2009.