¿Desperté o estaré soñando? Siento el silencio seduciendo a mi alma y las cosquillas recorren mi cuerpo, mientras los arreboles se plasman en mi piel dejándola de cobriza a rojo intenso.
Pienso en ti... Inevitablemente, siempre pienso en ti. Hay un dejo a tu aroma a lo lejos ¿Estás
o te fuiste? No lo sé. No quiero saberlo tampoco… De pronto, un recuerdo garrido me abraza y no me deja dudar. Te quedas un momento en un bamboleo del tiempo, como si 10 años se redujeran a solo un instante, uno que pasó cuando terminaba de pensar esta frase... Quédate. Ven. Yo te escondo.
Aparece el viento celoso, arrastrando tu perfume y sus recuerdos a la mierda y así, de pronto, te vas.
Te vuelvo a ver desapareciendo entre las tinieblas de la noche que se hace firme... Cuánto de eso... cuántos días sin noches, cuántas noches apoderándose del mundo: Desierto y mar. Hambre y banquete. Tú y yo. Lo innegable y lo imposible.
Aparece el viento celoso, arrastrando tu perfume y sus recuerdos a la mierda y así, de pronto, te vas.
Te vuelvo a ver desapareciendo entre las tinieblas de la noche que se hace firme... Cuánto de eso... cuántos días sin noches, cuántas noches apoderándose del mundo: Desierto y mar. Hambre y banquete. Tú y yo. Lo innegable y lo imposible.
Miro de nuevo al cielo y es una noche parecida
a la anterior, con niebla a ras del empedrado y silencio fúnebre. Quietud por
todos lados, menos aquí, en esta habitación donde me paseo de lado a lado
tratando de calmar la inquietud provocada por recordar tu recuerdo,
torturándome por la ausencia. Quietud por todos lados…y tú no apareces.
Puede ser que por benevolencia o por amnistía, alguien escuche mis suplicas y te traiga de nuevo a mí.
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER