miércoles, 25 de octubre de 2023

DAVID, EL DELIRANTE.





 Ya era tarde cuando encontraron a David. Ensangrentado, con los ojos inyectados en rabia. 
Era un tipo alto, corpulento de piel oscura. Nunca aprendió nada más de lo primordial: algunos números, su nombre y el de un abogado. 
En general, era tranquilo, sensato, y no se destacaba en nada.... en absoluto. 
Tiempo antes había llegado al pueblo un forastero radicalmente distinto a David; expelía vitalidad, conocimiento, carisma y belleza. Nunca nadie desconfiaría de él. 
Ese día, David salió como cada noche a caminar sin destino hasta encontrar una cerveza en algún lugar, pero se cruzó en el camino de Ricardo. 
Cuando encontraron a David, del cuerpo de Ricardo, seguía brotando sangre tibia, y asumieron inmediatamente que tenía que ser David y no otro quien lo mató. Un pobre analfabeto, sin vida ni dinero. Él tuvo que haberlo matado, tuvo que haberle robado para saciarse de cerveza. Tenía qué. Debía ser. Y así el rumor de cómo David mató a Ricardo, fue tomando forma: algunos decían que había sido con una piedra, otros que lo ahorcó, que había sido por envidia, o también por un amor no correspondido, porque iba borracho y por supuesto, que porqué David era violento, aunque todo eso era mentira y jamás ocurrió. 
Lo que nunca supieron, fue que David, habría sido la victima ciento cuarenta y tres del degollador de la costa. Nunca lo sabrán tampoco, ya que nadie cree la historia de David.



ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER 
© Francisca Kittsteiner, 2008 - 2009.
- Franykityzado por Klaus, ©2009.