sábado, 12 de junio de 2010

Caravana de amaneceres


Tú me darás el alivio que con tanto afán y desesperación bueno, pues, en estos días, es un trofeo esquivo y costoso que no muchos anhelan como yo, porque, de un tiempo a esta parte, lo he perdido.
Los amaneceres, camuflados en jolgorios arrebolados de los días tranquilos, se convirtieron en el sentido de mi existencia tortuosa, en la meta que quiero conquistar, llena de romances, ahora y en adelante, destinados a la victoria serena de amores congelados desde hace años por falta de participantes. Yo hoy digo: “aquí estoy, disponed de mí a libre albedrio. Soy vuestra, dioses de la felicidad. Entreguen mi paga…aquí estoy”

Conjuro al deseo y a las maquinaciones ansiosas a satisfacer la pobreza de mi espíritu, regocíjenlo hasta la demencia y aún más…
Quiero transformarme en aquello que me fue prometido por el enredo de palabras hiladas sin hablar, desde antes de mi concepción. Quiero eso y lo que, muy dentro, imagino ser, tal cual, está dispuesto en mi cabeza desconcertada al despertar. Quiero felicidad, quiero llanto, quiero matices dulces y amargos, colores fulgurosos, oscuros profundos, éxtasis y silencio, cansancio y emociones, fantasías más que otra cosa, belleza, gratificación, descanso al caer la noche y vitalidad al encontrar el regalo de otro día.

Quiero astros incandescentes, inspiración para seguir escribiendo y continuar; quiero calor amoroso, frío de desconsuelo apaciguado por un abrazo tierno y tirano a la vez, por retener mi libertad relativa. Quiero los diamantes del firmamento antes que caiga el sol, el sonido de las olas al chocar contra las rocas de Pichilemu, mis canciones melancólicas que me recuerdan tiempos mejores y a I de Corintios 13:13.
Quiero felicidad, algarabía, plenitud, primaveras, otoños, veranos, inviernos cálidos.
Quiero amor, deseo, locura y más amor.
Quiero éxito y larga vida colmada de bendiciones azucaradas, melosas, hostigantes, todo.
Quiero todo lo reservado para los mortales y comer desde la mano de Dios.
Quiero…quiero ¡vivir lo que tenga que vivir!
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esto es igual a dedicatoria estacional...sin ánimos de revelar detalles


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER

jueves, 3 de junio de 2010

TENGO UNA META!!!!


Tengo una meta que tengo que cumplir, porque toda mi existencia gira en torno a ella, desde que usé mi razón hasta el último rezo que elevo al cielo.
Tengo una meta grabada en mi cabeza como credo religioso que profeso desde siempre y que se ha convertido en causal de las lagrimas avinagradas durante muchas noches, en causal de tormentos alimentados por mis temores enfermizos que corroen mi seguridad a ratos, fortalecida, en causal de algoritmos alquímicos, pero míos y reales.
Tengo una meta dulce que alcanzar y seré feliz cuando diga: “lo logré, í pude, lo logré” recién en ese momento, respiraré por primera vez del aire limpio de polución de conciencia viciada que ha sido apartado de mi para dejarlo como el trofeo esperado desde la concepción.
Tengo una meta a la que me aferro para continuar viviendo, y sobre la que construyo un futuro utópico, sin poner al angular, sin siquiera mandarla a tallar, pero, que sostiene todo lo que aspiro e imagino tener, ser, crear, formar sobre ella.
Tengo una meta que me hacer sacrificios complejos a la psiquis humana, que me pone a prueba cada vez que me quebranto y el frío cala hondo en mi espíritu, congelando mis fantasías y quemando mi entereza.
Tengo una meta por la que empiezo a trabajar hoy….


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER

martes, 1 de junio de 2010

Quise hablar inglés



Ya no me acuerdo de tu voz aunque sigues presente,
Faltaron dos veces para robarte y traerte conmigo.
Dueles, puñal oxidado en el pecho y en serio lo digo,
Porque tendré que expiarte, mi pecado latente.

He empezado a desconocer tu empalidecido rostro,
Desfigurado a ratos por el afán de recordar lo olvidado,
Bamboleante en el temblor acalorado
De la ofrenda de mi amor que a tus pies yo postro.

No estoy segura del color de tus ojos dorados,
Ni de tu existencia plena en un futuro venidero,
Ni de la lógica plasmada en un cariño pendenciero,
Ni de vivir en el infierno por seguir separados.

Se ha entumecido la memoria frágil del suspiro
En una conversación latente y por terminar,
En una despedida a la distancia por concretar
Y me congelo sabiendo lo difícil que es a lo que aspiro.





Moriré del deseo de abrazarte, desangrada en abstinencia,
Pero esperaré porque tengo ganas de hacerlo y vale la pena
Aguantar el paso del tiempo y observar alegría ajena,
Alimentando las ansias de rellenar tu ausencia.

Ya no sé cómo fue que nos cruzamos por coincidencia,
Abriéndome llagas con sabor a amaretto destilado,
Y raspones del corazón por apresurado,
Por aferrarse a una  fantasía en decadencia.

No compartimos muchas lunas ni menos estrellas acarameladas,
No probé de tu romance galante,
Y ahora extraño tu mirada petulante,
Guardada entre cosquillas de risas desquiciadas.

Creo que te quiero, pero no lo afirmo del todo.
Te he vuelto a ver y es aquí donde comprendo
Que reunirnos una vez más es lo único que pretendo
Porque quedó tu aliento plasmado en los sentimientos que acomodo.

Agradezco al cielo por poner mi mundo al revés,
Por haberte  traído en cuerpo, alma y amor rotundo,
Por juntarnos un jueves y dejar que naciera algo profundo,

Pensando que esto ocurrió porque sabía hablar inglés.


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
© Francisca Kittsteiner, 2008 - 2009.
- Franykityzado por Klaus, ©2009.