domingo, 25 de septiembre de 2016

SIRENA




Sábado 4 am, yo apoyada en un pilar de la chimenea y el carménère descorchado.
Cigarro en mano y la nostalgia floreciendo como los aromos en primavera.

Nunca había visto a la luna vestirse de niebla jugando a ser Júpiter al formar a los luceros en ronda a su alrededor, ni al mar tan al acecho, estando listo para cazar al transformar su canto rimbombante en acordes sutiles, o a la brisa hablando en idiomas, con lenguas extintas y conjuros de brujas viejas, ni a las sirenas caminando en tacones sobre los roqueros. Hoy es la noche de entrega de las piernas para escapar al mundo. Hay que irse de casa para enfrentar los miedos. Yo vine a dar la cara por los míos.

Espalda recta como desde chica me enseñaron, y el pelo suelto ahumándose a fuego lento por la combustión de los leños tras de mí, mientras van extendiendo riveras más allá de los tiempos. Cintilar de estrellas brillando a lo lejos...
Ojos profundos que aparecieron de pronto y  reclamaron tras ser inquisitivos, su lugar en mi pecho porque ya por mucho los había dejado podrirse en lo más oscuro de mis pensamientos.

"Siempre tuya.
Siempre tuyo.
Siempre nuestro". ..
¡Oh Van Beethoven!
Ahora entiendo que una vez poseso,  SIEMPRE Preso.
Pero que preso más feliz, al condenarme a tus besos.
No sé por qué todo suena a poema,
Si trato de decir que se me va la mañana.
Quizás ya estoy cansada de tanta cizaña.
Que la necesidad, el cuerpo me quema...

Si tú  quisieras, dejaríamos de ser solitarios. Si tú quisieras la furia de las olas la tendrías en tus manos. Si tu quisieras, renuncio a mi corona, a los placeres culpables (jamás, jamás a los libros) a la respiración misma, si es que la tuya se vuelve dificultosa. Estoy aquí, dejando fluir las horas hasta que se tornen en días, meses, años, en vilo para no dejar pasar la ocasión de revertir el rumbo tomado hace tanto ya.

Caminar sola no es lindo y mis manos, huérfanas, amenazan con entumirse si es que no las refugian las tuyas de nuevo.
¡Es suficiente!  Veo tu cara en cualquier persona puesta en frente, sintiendo al corazón paralizarse mientras se regocija en esperanzas de que sus ansias sean satisfechas, para después morir cuando la sensatez aparece en escena y se disipan las ganas de correr a saludarte con forme el rastro de un perfume familiar se envenena en lo aciago, importando un carajo el mundo, vuelven los rostros desconocidos, todo avanza rápido y el corazón late de nuevo con golpes agónicos  y recriminatorios, maldiciendo su desgracia de amar en desfase.

Todos tienen algo de ti... La locura se apoderó  de mis ojos o lloran tu ausencia, convirtiéndose en cataratas eternas...Las cataratas ciegan... Operación es necesaria... ¿Cómo  operó  a un alma vagabunda por encontrar  a su similar?  ¿Cómo  amputo la ilusión de la proyección de una vida juntos?...Me quedaré ciega, pero ¡Por Dios!  Que sea tu cara lo último que vea... Sería la absolución de los enfermos y no se le puede negar a un moribundo.

¿En qué  momento se acabó  el Carménère? No siento los dedos... ¡Cresta! ¡La chimenea! No me quiero mover... ¿Te acordaras dónde vivo?  A mí, se me olvidó tu dirección. Aquella vez, no había dormido en varios días y por muy extraño que sea, mi sentido perfecto de ubicación espacial, falló al punto de no recordar cómo llegué, ni a qué  piso subí, ni por qué no me quedé viendo un capítulo de esa serie contigo, en cambio, me fui a estudiar los tipos de celulitas que conforman los tejidos al dormitorio de al lado... Pasaron 5 años, continúo sin dormir, sí algunas veces por las celulitas y su afán de conquistar al mundo en malignidad, pero la mayoría  es por ti... A todo esto ¿Qué hora es? ... ¡5:25 am!  ¿Ves? No es mentira. Se acabaron los cigarros.


El mar seguía tranquilo, las sirenas volvieron a casa porque no les gustó  caminar (no más culpo), se apagaron las estrellas y hay mucha luz en el cielo... Mucha luz. Voy a bajar...Me tiene que escuchar...

                 - ¡Levántate! - Le grité con los pulmones sangrando. - ¡Levántate! ¡Te has hecho el huevón todo este tiempo! ¡Se acabó!  ¡Levántate mierda! - Acudieron  las manejadas a calmar mis gritos, tratando de no dejarme pasar. - ¡Me mentiste!  ¡Callé cada catástrofe que me pediste! ¡Callé tragedias mientras veía a la muerte restregarse Las manos!  ¡Callé toda la maldad que nadie te conoce y te haces el huevón! ¡Nunca lo trajiste! ¡Nunca nos pudimos  juntar en esta vida!

- ¡No cumpliste!  ¡No guardaste silencio! ¡Le dijiste a él sobre el 2010! ¡Le advertiste!  Desconozco tu nombre Sirena.  ¡No te bastó  con escaparte de aquí por perseguir una fantasía, sino que dices lo que no debes! ¡Si te salvé a ti y a los tuyos, por qué hablaste!  ¡Si no guardas tus secretos, allá  tú,  pero calla los míos!  - Seguían subiendo las aguas hasta cubrirme por completo, como  abofeteándome por indiscreta. - Dolió la traición. Quiero lágrimas a cambio. Ya no podrás regresar aquí. Nunca lo verás volver. - Dijo Poseidón después de hacer día de la noche con todos los truenos lanzados a mí alrededor, pensando que con eso quebraría  mi entereza. 

- Te vas a arrepentir. No olvides todo lo que sé y cuántas almas te puedo quitar.

-Ya no te quedan más ases bajo la manga, Sirena.

- No has puesto las cartas en la mesa. No sabes lo que puedo hacer. Sabes que se puede alterar la línea de sucesión. -Tiró otro trueno al mismo tiempo que una ola tan grande como un rascacielos se dirigía hacia mí.
No hay nada por perder. Atravesé las aguas  y le clavé una roca en el corazón. Todo calmo otra vez. - Te lo dije: No sabes lo que puedo hacer.

Ascendieron batallones de tritones escoltando un carruaje de coral con perlas negras incrustadas en las correas, tirado por caballos de mar gigantes, de los que habitan en lo más oscuro de las profundidades y que sólo responden a quien tuviera el control del océano.
"Veamos  si ahora desconoces mi nombre" Dije cuando veía el cadáver de Poseidón hundirse convertido en espuma.

Si no he de volver a verlo, si ya mis razones caducaron, si la noche se ha ido... Comandaré los 7 mares.
                -¿Cuál  es su primera orden Sirena? - Preguntó el General de los Tritones.

      - Que mueran los hijos de Poseidón. 

De aquí no me movería nadie.


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER

lunes, 19 de septiembre de 2016

LA DEPRIVACIÓN.



Se agotaron las esperanzas. Paciencia no queda. Amor herido a muerte. Lo siniestro de la persecución.

Recorrí el mundo sin encontrar lo que buscaba. Agoté mi fe después de tanto suplicar. Aprendí a parpadear tarde y hubo destrucción. Era mejor quedarse ciega.

Me angustia el inicio y el término del día y lo que pase entre medio, es borrón y cuenta nueva.
Me mortifica el amanecer porque alienta posibilidades. Me mata el ocaso porque el día se fue sin victorias. Se repite, una y otra vez. El mismo miedo, el mismo afán, el alma quebrándose en el silencio tras cerrar la puerta.

Ya no quiero mantenerte vivo en cada recuerdo melancólico, ni en ninguna proyección de mañanas por venir. ¡No sé cómo enmudecer tu voz retumbando en mi cabeza! No sé cómo voy a continuar.  ¡Es que duele tanto! Y eso que sé de dolor, pero el del amor pudriéndose por la humedad de las lágrimas, es insoportable, sordo, constante, con tu nombre.
No quiero más dolor, pese a que tampoco quiero renunciar. Algo insiste en no dejarme renunciar, advirtiendo latencia, espera, consumación, lo inevitable, nosotros frente a frente. ¿Cómo arranco ese “algo” aciago de donde sea que se implantó? Dolor, renuncia. Renuncia, dolor. No hay opción.

Se quemó el último cartucho guardado para defenderme, pero fallé el tiro ¡Cómo, si teniendo tan buena puntería! Porque en la somnolencia aparecieron tus manos tocándome… Suicidio involuntario. Autolisis. Anemia por deprivación. Parada cardiaca como protesta.

No entiendo cómo te preservaste acuartelado entre las sombras, para que un mal día, cualquier catalizador, resucitara días felices junto a ti, llenándome de miseria su sucesión hasta ahora.
¿Por qué sugeriste el olvido? ¿Por qué no golpeaste la puerta?
Yo estaba adentro, esperando. Sigo adentro esperando que llegues o que me desahucien la vida.
Iré a devolver esta imaginación activa en fertilidad, porque no ha traído nada bueno, solo todo lo que quise, todo lo que quiero, para que luego venga la realidad y derrumbe las cartas. Dejaré de escribir. Hace mal. Exacerba la insuficiencia. No volveré a escribir.

¡Ya está! ¿Dolor o renuncia? Supresión.

Verdades contadas como mentiras de letras. Mentiras contadas como verdades piadosas.

A eso quedó resumido el intervalo de distancia: Millones de oxímoron hilados con el objetivo de confundir todo para que deje de doler. Se acabaron las contradicciones, excepto una “Tú y yo”

Cumplí la condena y desangré mis venas para destilar tu paso por aquí. Pagué tu dolor con llanto y los intereses con mi agonía.

Debimos de haber sospechado el daño nacido en ese saludo, así tú seguirías rindo y yo, flotando entre nubes de algodón. Empero, ganó el pálpito errante del amor que se reencarnó cuando nosotros nacimos. Tiene que ser maldición.

 ¿Por qué no tocaste la puerta?...

Me desangro y espero.   


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER.  

jueves, 15 de septiembre de 2016

SIETE AÑOS SIN TI





Siguen pasando los días y sus noches sigilosas,
Se acumulan los años en el panteón del ayer,
Y pese a que nunca vi tu amor florecer,
Mis ojos aún extrañan tus miradas celosas.


Aparecen sueños que me cuentan de ilusiones
E ilusiones que llevan irremediablemente a llorar,
Angustiosas suplicas que aunque trato, no puedo ignorar,
Porque no son, sino fantasías de tiempos mejores.


Han pasado 7 años desde que probé el veneno
De unos labios perversamente colmados de inocencia,
Siete años y no se ha obnubilado tu presencia,
Deteniéndose el tiempo y volviéndose un poco más ajeno.

Siete años que se reducen a volverte a ver.
Siete años perpetuando tu nombre en el desierto.
Siete años robando mi deseo de castidad encubierto.
Siete años de hambruna de besos sin resolver.


Los lamentos cantados al mar cuando la noche es oscura
Y las lágrimas malgastadas buscando la razón,
Un porqué que nunca ha sido mío y las roturas del corazón,
Eso han sido estos siete años, cada hora una tortura.

ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER

viernes, 9 de septiembre de 2016

EL SINÓNIMO DEL VERSO






Tengo ganas de no sé... 
Hay nostalgia por recuerdos que no poseo.
Tengo calor de la tibieza de un cuerpo a mi lado, sin haber ninguno para abrazar. 

Tengo esperanzas de deseos inimaginados todavía y la satisfacción acarreada por logros sin ganar.

Me agobian las ganas de besar unos labios cercanos  y a varias millas náuticas de distancia desde donde me enraízo ahora, en esta seguridad proclamada por la casa que siempre me escucha hablar sola sobre un nombre, ya tan ajeno como lo son familiares, los de mis hermanos. 

Quiero cantar sonetos que no se han escrito y de recitar poesías  a quien no ha nacido. 

Trigo orgullos rotos por batallas sin pelear y cicatrices en el cuerpo de esposas forjadas. 
Guardo angustia por amores inoportunos sin poder amar, a consecuencia de la censura por voluntad, sometida.  ¿Por qué?  ¡Vaya a saber Dios!

Tengo deseos de dormir sin estar realmente cansada y de un café con menta para sentarme en el balcón y fantasear con las historias susurradas en el aire, silbarle al viento invitándole a conversar conmigo un par de horas y extender los brazos entregándome a la libertad agobiante del ocio, respirar tan sólo una vez, sin la polución que deja exangüe mis pulmones lastimeros, después de exorcizar el peso de las responsabilidades y desdoblarme de la realidad. Dejarme llevar por las horas hasta tus reminiscencias. 


Tengo ganas de mojar los pies en el mar, escarbar en la arena hasta llegar a China y devolverme, caminar mar adentro sin ahogarme, jugar con las sirenas y provocar naufragios, ser la causal de la muerte de los bárbaros y seguir como si aquí no ha pasado nada. En todos hay trazas de maldad. 


Es imperativo seguir escribiendo. Puede que algún día, cuando la suerte sea benevolente, sepas que nunca abandonaste mis pensamientos. Escribir, aunque ya no queda tiempo y verdaderamente, hay fatiga en mi cabeza, sequía de pensamientos y emociones a flor de contacto. 
Hay romance, hay locura, hay sexo, y todo lo que puede haber, sin embargo, no soy capaz de darme cuenta porque extraje mis ojos por temor. Sigue la vida pasando por el lado ondeando un saludo burlón por los aires. Me vale madre. 

El mundo está lleno de opciones.
Las opciones viene preñadas de posibilidades.
Las posibilidades, circundan mis afanes y los tuyos. ¿¡Cómo no te voy a querer aquí!? Si no me puedo alejar de nada relativo a lo tuyo. 

Me quedo estacionada en el suspenso, pretendiendo que no duele más, siendo la Gran Duquesa del estoicismo, Princesa de los martirios, Condesa de los pueblos invulnerados y Marquesa de nada. 




Poco a poco me apoderan unas ganas tan infames de poner tu nombre en el último verso del último poema que acabo de escribir, pero no me dieron los cojones, le busqué una rima y lo reemplacé por el preludio. 



ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER 

lunes, 5 de septiembre de 2016

DE CUANDO ME ECHASTE DE MENOS





Vi los alcatraces pasar en perfecta alineación hacia el horizonte y de pronto, pensé en ti,  tan distante en estos días como el mismo punto donde el mar se funde con el cielo. Y eso que nos amábamos tanto, nos bastábamos el uno al otro para enfrentarnos al mundo, haciendo planes de un futuro incierto, siempre cerrado con un “tú y yo”.


Vi al sol dar su última exhalación con la belleza condensada para sí mismo y recordé el fulgor de tus ojos, un jueves, a las 7:45 de la mañana, 7 años a la fecha cuando por la misma puerta de todos los días me viste aparecer,  reconociendo en seguida, que nuestras vidas estarían atadas para la eternidad. La vida entera sería poco tiempo, como la vez anterior: Tantas reencarnaciones  atrás, con otras historias, otros nombres quizas, pero tuya y mío.


De repente, pienso que no fue menester habernos encontrado, ni menos siendo tan jóvenes, pero cuando las coincidencias coinciden para hacernos coincidir, rara vez preguntan si está bien o si es propicio. Sin embargo, nunca fui tan feliz como cuando, en las noches de frío, sujetabas mis manos para ahuyentarme los  miedos de no tenerte cerca. Me tenías y yo te tenía.


Vi las olas agitarse por el viento de febrero y recuerdos vagos aparecieron en primer plano, contándome de aquellos tiempos en que hablábamos de tener cuatro hijos, porque dos son muy pocos y con tres, siempre quedaría uno solo, de las cuatro casas para que pudiera escribir donde me apeteciera: En el campo, en la playa, en la cuidad y en la montaña. Cuando prometiste construir una casa submarina para invitar a La Sirenita a tomar el té y conversar la tarde entera sobre visitar la Atlántica. En nuestra inocencia, había amor.

Ahora que los años pasaron, que nuestros caminos son distintos, me pregunto si en este cuento habrá un final feliz cuando el príncipe lea las palabras que la princesa le escribió un día pensando en él. Me pregunto si  aún estás dispuesto a revivir el amor en esta resurrección.

Hace falta tu mano sujetando la mía y mi voz diciéndote lo que te quiero.

¿Qué  quieres? ¿Qué  recorra el mundo buscándote? ¡YA LO HICE! pero no te puedo encontrar. ¿Por qué  borraste todo tu rastro? 
¿Quieres que llore? Ve a preguntarle al mar cómo  fue que sus mareas ascendieron. 
¿Quieres que sufra? Ya no me queda nada... Ni un motivo, ni una razón para sonreír. 
¿Quieres que no vuelva a amar? No lo volví a hacer, aunque haya tratado de convencerme de lo contrario cada noche, cada día, en cada respiración y en cada beso entregado por tener qué. No volví  a amar porque nunca dejé  de amarte a ti. 
¿Quieres que muera de frío? El frío aquí  se hizo menester para mantener las esperanzas preservadas de la podredumbre al saberte lejos, olvidándome de a poco ¿A la fuerza? Posiblemente. La Muerte...La muerte no es la muerte. La Muerte es lo que queda tras perder el corazón. 

Pasó la bruma dejando escharcha en mis labios, una cosa así  como un premio de consuelo o una prueba para saber si aún continuaba ligada a la cordura. Se entumecieron y te odié  por eso. La sal los escocía y te odié un poco más. 

El viento me abrazó garrido en consuelo por la rotura estrepitosa y en expansión de mi alma desolada. 
Envuelta en sus caricias me susurró la respuesta a las dudas enraizadas, sin poderlas entender... No sé  qué  dijo. Hace tanto que no hablo con él  que perdí el acento y el vocabulario. 
Me volví terrena al alejarme de los parajes donde crecí, pero por sobre todo, al enamorarme de tus ojos. Ahí  perdí humanidad, lo naturalmente sobrenatural de las premoniciones, corazón, vida, deseo, fatiga,  albedrío...
Le pedí  un único favor: Te pregunte dónde  estás o te diga dónde  estoy. 

Nunca terminaste de conocer a la que estaba parada en frente de ti. 
"Ojo de loca no se equivoca." 
El cántaro  se rompió  por la caída constante del agua en sus inseguridades. 
Sé  que escuchas mis llamados al sucumbir en el letargo cada noche.
Todos los ríos llegan al mar. 
Algo del mar queda en mis venas todavía.
El destino, pese a lo que se diga, viene escrito desde la creación misma. 
Una vez, me dejaron echarle una leída a la rápida, tan a la rápida que puede que se haya convertido en efímero el recuerdo. 
Nos volveremos a encontrar. Probablemente, pronto. 
Deberíamos ponerle fecha y lugar, así dejamos de depender del azar para saber si seguimos vivos lejos del otro ( o si, y no lo quiero considerar, aparece quien te sacaría de mis pensamientos y a mi de tu corazón.) Deberíamos acordar.... El viento habla... ¿Qué  es lo que dice?  Habla más fuerte, por favor...

Me cuenta que aquella sensación de liberación de las cadenas puestas específicamente para unirnos los pasos, esa parecida a cuando a recuerda algo olvidado, eso como un "ah eso era" fue falsa. Hubo alguien caminando en la cuerda floja de este puente entre tu existencia y mis suspiros, por eso se tensó casi hasta romperse, pero sigue firme. Nunca se cortó. 
¿ Y sabes por qué  estoy tan segura? Porque vi tu rostro desvanecerse en los arreboles del atardecer, con los ojos fulgorosos y cargados de anhelo por si llegase otra coincidencia que nos hacen coincidir coincidentemente, porque me echas de menos.

Así  que tú  dirás dónde iremos a tomar un café.

ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER 



sábado, 3 de septiembre de 2016

DE PAPEL




Ven y acuéstate a mi lado un segundo
Que la vida es corta y el tiempo traicionero,
Y amenaza con liberar a mi prisionero
Al arrojarme al vacío más profundo.

Cuéntame, porqué tardaste tanto en llegar,
¿El camino fue difícil de recorrer?
¿Había oscuridad en tu sendero y caíste sin querer?
¿O simplemente no sabías por dónde caminar?

Ven que quiero escuchar tu respiración un momento
Ven que tengo miedo de la noche y estoy sola.
Ven porque quiero que vengas aquí y ahora.
Ven que el silencio se me hace un tormento.

Desordéname el cabello si se te apetece
Invítame un café camuflado en lo cotidiano,
Cuéntame de tus desaires y háblame en italiano,
Sedúceme con lo simple de tu risa o con lo que fuese.


Acompáñame  a tomar el taxi en la tarde
E inventa una excusa para seguir conversando
Porque es tanto lo que me gustas y me sigues fascinando,
Con esos ojos tristes que en brazas arden.

Esconde el roce de tus dedos en mi piel
Y quédate conmigo sentado en el pasto,
Miremos las nubes que pasan contando
Que esta fachada de amigos es sólo papel.


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER 
© Francisca Kittsteiner, 2008 - 2009.
- Franykityzado por Klaus, ©2009.