jueves, 30 de enero de 2020

LAS NOCHES





Hubo noches donde te vi dormir y canté para alejar a los demonios danzantes sobre tu cabeza, tomé tu mano y besé tu frente cuando el sueño se te hizo febril. Noches como hoy me la recuerdan: con el vaho asfixiante entrando escasamente por las ventanas, mientras el sudor ahoga las ganas de la piel al deshidratar lento las esperanzas de un despertar abrazados. Noches de verano cargadas de insomnio por el calor desesperante. En noches como hoy, pero hace tantas noches, te vi dormir con una sonrisa insipiente cómplice de tus afanes.
Te desnudé sin tocarte un pelo y te hice el amor antes de que abrieras los ojos. Me acomodé entre tus brazos para descansar exhausta de ti y tus besos, robé tus secretos y tu confesión de amor por mí.

En noches como hoy, pero hace tantas noches, mientras las horas se escapaban sagaces, supe que nunca te volvería a ver. Entendí el dolor de un amor mal querido, de un amor amado en desface, el tormento acarreado por la cercanía tan encubridora que terminó mutilando las opciones. Las amistades no siempre son buenas, ni menos cuando transmutan y esperan convertirse en romance. No todos los romances terminan con el final de cuento. Hay veces en que ni siquiera el cuento existe. Tú me amabas porque era imposible. Yo te amé porque me hiciste falta.

No hay ni una tumba donde ir a dejar flores por este sentimiento absurdo. No hay donde pueda escribirte para contarte que en noches como hoy, pero hace ya tantas noches, quise despertarte entre caricias y deshacerme de estos pensamientos íntimos de un golpe, para que supieras que este amor que aún vive, en esos años, también latía, que si huía de ti, era por mis inseguridades, que si me amabas tanto tendrías que besarme y hacerme el amor sin dejarme volver a pronunciar palabra.

En noches como hoy, me aferro a tu recuerdo antes de dormir, para remontarme a aquellas noches cuando tu respiración se tranquilizaba después de decir “te amo Dalilah”.  



ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER. 

domingo, 26 de enero de 2020

SUPLICANDO VOLVER

Si vuelves, te entrego mi corazón
O lo que decidas tomar de mí,
Pero vuelve, porque ya se hizo tarde
Y nunca necesité tanto tu abrazo.

Ven a buscarme, pues la distancia es mucha
Y por entre las calles estoy pérdida
A la espera de verte volver entre las sombras,
A la espera de alguna noticia tuya.

Tengo ganas de entrar al mar y no salir,
Sino avanzar hasta el horizonte y seguir
Para ver si así te logro encontrar,
Que aquí en tierra nadie conoce tu nombre.

Tengo una mano colgando al vacío,
Huérfana de compañía y temerosa
Pues, nunca pensó que te alejarías tanto,
Ni que el tiempo pasara tan lento.

¡Vuelve! ¿A qué esperas?  ¡Vuelve!
Y dime porqué es tan imperante mi necesidad por ti,
Porqué mi voluntad se desvanece cuando eres tú,
Porqué ya no hay descanso si no es contigo.

Ven a buscarme, ya que me perdí otra vez,
Pero ahora en mis propias huellas:
Es que cuesta tanto retomar camino
Cuando se ha andado en círculos toda la vida.

Vuelve, por favor, vuelve rápido,
Ya el aire se agotó y no respiro,
Vuelve, pero porque tú quieres volver,
O déjame morir de asfixia a la brevedad.







Vuelve y no me digas nada.
No quiero saber de explicaciones. No quiero.
No quiero escuchar lo que encontraste lejos,
Ni menos los motivos por los que te marchaste...Vuelve...


Escrito por: FRANCISCA KITTSTEINER 

viernes, 24 de enero de 2020

CON TAL DE TI




Los días avanzan tristes sin más, consumiéndose entre los vahos de un calor infernal: despacio, robándome la vida sin que me de cuenta. Se llenan de fantasías mis pensamientos y poco a poco son invadidos  por susurros de ultratumba contando pesares que nunca dejan de doler. 


Hay angustia en mi corazón. Hay caos y destrucción rondándome. Es tan diminuta la franja entre la cordura y el desquicio que ya no sé bien dónde fue que dejé mis pasos.
Hay una voz en mi cabeza, aunque no sé si es mi conciencia o un demonio; de igual forma, los dos atacan: donde más duele, donde sé que fallé, donde no puedo reparar.

Existe un rumor en el ambiente, una suerte de profecía revelándose de a poco, obligándome a afinar mis sentidos, para después desatar especulaciones cuando el sueño es escaso: una perturbación en la atmósfera, algo así como el aviso del fin de los tiempos o quizá el retorno de tus ojos a mis amaneceres.

Se me va la vida… ¿Vida? Esto es dejar acumularse las horas, hacer de las semanas un bulto de segundos, para después diluirse en el vertedero de los años. ¡No señor!  ¡Esto no es vida! Es la persecución incesante de una empresa perdida desde el comienzo de la historia, es seguir creyendo que, al despertar, tú estarás aquí.

Esto es el delirio de un loco, una súplica de libertad, es pedirle a los cielos la expiación de los pecados cuando ya no alma por salvar. Es la ofrenda y la condena. Es la sangre y la carne. Es la podredumbre que deja el amor amado a medias. La resolución del asunto, mi grito desesperado con tal de ti.


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER 

LA COMANDANCIA





Hoy las gaviotas volaron más alto de lo habitual. El agua se tiñó de un verde profundo mientras las nubes se apoderaban del planeta. Hizo frío haciendo estremecer a mi piel acostumbrada a no sentir calor. Hay veces en que un presagio se presenta de distintas formas.
Salí a caminar para poner en orden el millardo de pensamientos que atosigan mi conciencia, pero solo le presto atención al reventar de las olas. Por primera vez oí el cántico de la espuma; ahí estaba el vaticinio.  Era un desvanecimiento doloroso y atiborrado de incertidumbre como un alma en pena pidiendo consuelo por sus pecados, el manifiesto de una vida agotada sin remedio. Era la majestuosidad del agua reducida a su mínima expresión, la furia del océano relegada a un susurro insípido ¿mi vida terminará igual?
Se asomaron nubes de tormenta por todo el horizonte y las sirenas habían resguardado sus secretos pues la calamidad estaba certera a la vuelta de la esquina. Reconocí de inmediato el desajuste en el mundo. Algo había de cambiar, pero algo tan somero que pasaría inadvertido ante mis ojos inexpertos.
Hubo sabor a sal en el aire y de pronto te tuve entre mis brazos. De pronto, sobró la ropa. De pronto, mis manos tocaron tu piel. Me desvanecí en el éxtasis, dejando tantos besos como días pasaron sin verte. Te conté mis secretos mientras tus gemidos llenaban el silencio. Desperté a los instintos robados desde hace tanto tiempo y les prendí fuego para que ardiéramos juntos en las brazas del infierno. Fui tuya y tú, mío.  Me hiciste el amor amparado en la complicidad del vacío y te entregué mi alma, mis huesos y mi voz. Fuimos un despojo de sangre retozando entre el sudor después de robarle felicidad desde la ultratumba a un amor cremado.
Desgastaste mi piel entre caricias flagelantes y abriste mis caminos según tu voluntad. Te ofrecí mi sangre para saciar tu sed y sentí tu amor floreciendo en mi vientre… fui tuya y tú mío… fui sal y arena entre tus dedos; ahí estaba de nuevo el chirrido insoportable de la espuma en descomposición. Volví de golpe a la conciencia, pero ya llevaba 5 millas náuticas nadando con desespero. El horizonte estaba tan cerca. Quizá allí te pueda encontrar, donde la vida es miserable comparada con los regalos que ofrece lo recóndito. Seguí nadando hasta el cansancio con la ilusión de encontrarte en el límite del universo para besarte con locura antes de perder la razón. Quise encomendarme a la benevolencia de la muerte para calmar el dolor de una vida sin ti, pero cómo morir en el agua, si yo comando al mar.



ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER 

martes, 7 de enero de 2020

ME DUELE LA CABEZA





Me duele la cabeza de tanto pensar en el porqué del asunto
Y no tengo tiempo para gastar en tonterías relativas a tu nombre
Porque por ser un idiota disfrazado de astuto
Has perdido hasta el valor presuntuoso de tu nombre.

Así que quisiste conquistar terrenos lejos de mis fronteras,
Pues, quién soy yo para retenerte donde no estás contento,
Simplemente soy distinta quieras o no quieras,
No me discutas más y guarda tu aliento.

Con esto perdiste tu alma, tu vida dejaste escapar,
 Pues la furia del mar se condensa en mis manos vengativas,
 Y no pararé hasta tus lágrimas encontrar
Entre gritos de suplicas asertivas.

Me duele la cabeza de tanto reírme de ti todo el día,
Y la verdad, ya me comencé a aburrir,
Así que, si quieres, apuras el paso y dejas la tontería,

Porque esta noche, tengo ganas, sin ti, de salir.


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER. 


INCOHERENCIAS




Incoherencias fugaces cruzan por la mente desierta
De reacciones tardías con sustratos dolorosos,
Besos olvidados ya muertos que la bohemia despierta
En recuerdos lascivos intactos y penosos.

Bromas inteligibles para el mundo entero.
Vestigios impuros de lo que fue y no volverá pronto,
Y la resurrección diabólica del beso certero
Que en la tumba del deseo caló hasta muy hondo.

El hecho, la devoción, el arrepentimiento prematuro,
La condena al vacío antes de que fuera muy tarde,
Las posibilidades de concebir un amor ya maduro,
Porque en su tiempo, por precoz no encontró quién lo guarde.




 ¿Es posible revivir tras tantos años a un muerto?
¿Hay cabida para él en alguna de mis historias confusas?
¿Y si abro los ojos y de la pesadilla despierto?
¿Se irán éstas ideas estúpidas y difusas?


Al destierro de mi boca lo censuro,
A la vorágine del destierro frío y escabroso
Porque con él, es fracaso seguro
Y en la posibilidad de renacer, reposo.



ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER

© Francisca Kittsteiner, 2008 - 2009.
- Franykityzado por Klaus, ©2009.