Hubo noches
donde te vi dormir y canté para alejar a los demonios danzantes sobre tu
cabeza, tomé tu mano y besé tu frente cuando el sueño se te hizo febril. Noches
como hoy me la recuerdan: con el vaho asfixiante entrando escasamente por las
ventanas, mientras el sudor ahoga las ganas de la piel al deshidratar lento las
esperanzas de un despertar abrazados. Noches de verano cargadas de insomnio por
el calor desesperante. En noches como hoy, pero hace tantas noches, te vi dormir
con una sonrisa insipiente cómplice de tus afanes.
Te desnudé sin
tocarte un pelo y te hice el amor antes de que abrieras los ojos. Me acomodé
entre tus brazos para descansar exhausta de ti y tus besos, robé tus secretos y
tu confesión de amor por mí.
En noches
como hoy, pero hace tantas noches, mientras las horas se escapaban sagaces,
supe que nunca te volvería a ver. Entendí el dolor de un amor mal querido, de
un amor amado en desface, el tormento acarreado por la cercanía tan encubridora
que terminó mutilando las opciones. Las amistades no siempre son buenas, ni
menos cuando transmutan y esperan convertirse en romance. No todos los romances
terminan con el final de cuento. Hay veces en que ni siquiera el cuento existe.
Tú me amabas porque era imposible. Yo te amé porque me hiciste falta.
No hay ni
una tumba donde ir a dejar flores por este sentimiento absurdo. No hay donde
pueda escribirte para contarte que en noches como hoy, pero hace ya tantas
noches, quise despertarte entre caricias y deshacerme de estos pensamientos íntimos
de un golpe, para que supieras que este amor que aún vive, en esos años,
también latía, que si huía de ti, era por mis inseguridades, que si me amabas
tanto tendrías que besarme y hacerme el amor sin dejarme volver a pronunciar
palabra.
En noches
como hoy, me aferro a tu recuerdo antes de dormir, para remontarme a aquellas noches
cuando tu respiración se tranquilizaba después de decir “te amo Dalilah”.
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario