domingo, 25 de noviembre de 2018
EL HOMBRE DE LAS NIEVES PRIMERA PARTE.
sábado, 27 de octubre de 2018
SEGUNDO CÁNTICO PARA DON JUAN
No pensé que llegaría el día en que ya no te podría ver. Lo sabía desde un principio, así como el consumo de los segundos lejos de ti, pero era sólo una advertencia lisonjera, un vaticinio de un futuro que no quería nunca ver aparecer, porque de alguna forma, asumí tu continua intermitencia en mis afanes: bamboleos constantes de tu sonrisa en la madrugada, o a media noche, cuando el trabajo se volvía tedioso y era necesario arrancarme a tus brazos... ¿Ahora qué haré Don Juan?
No reconocí, que de pronto y sin mediar aviso, te había vuelto a querer, no como antes, sino con un amor más maduro: ya no tan desesperado, ya no tan inconsecuente. Te amé un día, al verte pasar por el pasillo con tu delantal blanco, en ese instante en especifico. Te amé a ti, al actual, no al de hace 5 años; volviste a cautivarme, Don Juan, pese a que sabía cómo sobrevivir a tus artimañas.
Tenía que despedirme de ti, tarde o temprano, porque no era del destino juntarnos, ni menos dos veces, ni menos con la juventud desvaneciendose entre los dedos. Era imperativo desatarme de tu corazón, expulsarte del mío y correr sin mirar atrás, antes de que el dolor fuera demasiado, sin embargo, la misma intermitencia del tiempo, jugó sus cartas en secreto, trayendo de un golpe el día en que te perdería para siempre. Fue ahí cuando supe que no te amaba lo suficiente... quizás, está vez, no lo hice. Puede que haya sido secundario a la costumbre, o más probablemente (y como todo últimamente) por aburrimiento... No te amaba Don Juan, porque deseé tu fracaso.
... Y fracasaste.
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
jueves, 11 de octubre de 2018
LO QUE QUIERO
8Esto es lo que quiero: la reverberancia en los albores, tras abrir los ojos y de pronto, saber que la existencia es completa, plena y feliz, cuando, un segundo más tarde, vea los tuyos y el amor comience otra vez.
Ese amor incandescente, furioso y garrido, dispuesto a todo con la algarabía de la ternura, tal cual como si fuera el primero con ansias de que sea el último.
Saber que el destino siempre existió cuando encuentre en tu piel el olor al hogar, mi hogar, el sitio donde la seguridad es absoluta y los demonios no sean capaces de entrar. Tú y yo.
Tu respiración alentandome a vivir cuando se vuelva tenebrosa la existencia. Mi vida a cambio de la tuya.
Eso es lo que quiero: un amor tan grande que trascienda eras, donde la muerte no se interponga si encontrarnos es menester. Tú corazón arraigado en mi palpitar incluso cuando ya no tenga uno.
Noches eternas ahogada en ti, con el vaticinio del futuro por delante, tan eterno y acogedor como la luz habitante en tu alma... El deseo congelado con el correr de los años, dispuesto a despertar cuando mis manos acaricien tu rostro; perpetuo, deborante y nuestro. La sapiencia de haber nacido para conocernos y hasta encontrarnos, dejar pasar la vida entre suspiros de añoranza, en la latencia de la búsqueda, en la esperanza de tus manos sosteniendo las mías en las noches de pesadillas.... Un segundo dilatado en la espera.
Eso quiero: una vida contigo. ¿Cuándo aparecerás?
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
jueves, 20 de septiembre de 2018
EL ABISMO
Un vaho conocido apareció de pronto al ponerse el sol: Un sentimiento oscurecido con el correr de los años, antes tan brillante e imponente como hoy hecho cenizas.
Hubo dolor en mi corazón entonces.
La sensación de vacío fue tal que me perdí entre el llanto... y no supe porqué.
Estuve sola, frente a la inmensidad.
Estuve sola, con el peso del mundo en mis hombros.
Estuve sola, de cara a las torpezas que cometí.
Tuve frío, hambre y miedo.
Nadie apareció para decirme que todo iba a estar bien. Nadie apareció para abrazarme. Fue ahí, cuando más te eché de menos.
Una canción ancestral sonaba de fondo, bamboleando los recuerdos detenidos en el tiempo, sin la suficiente fuerza como para revivirlos de un golpe, pero minuciosa para desvelarme el descancio. Fui aire y burbujas, disolviéndome despacio con el agotamiento de cada corchea, dejando escapar mi pensamiento hacia dónde sea que estés.
Fui agua condensada en el cristal, cayendo irremediable hacia lo profundo de un anhelo, que al final de cuentas, lo mismo condena, como entrega vida.
Fui, de pronto, un rencor tan grande, que comencé a consumir sueños ajenos.
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
viernes, 24 de agosto de 2018
EL SONIDO DEL BESO.
Quizás no su advenimiento,
Incluso ya no recuerdo el calor que entrega,
Sin embargo, su compás retumba en el olvido.
Al saber de alguien vigilándome los pasos.
Un dejo de seguridad tras caer la bruma en el mundo,
Un recuerdo recuperado desde el más allá...Tus ojos sobre mí piel.
Un golpe de vida después de agotar toda fuerza,
Una duda que sigue sin resolverse...
¿Cuándo probaré tus labios al fin?
Una cadencia sensual que arrastra a malas decisiones,
La voz de una Sirena engatuzando la vida,
Yo perdida, para siempre, en ti.
jueves, 16 de agosto de 2018
EQUIVALENCIA
¿Tanto miedo tienes que insistes en mantenerme lejos? Sin noticias, sin un nosotros, sin el futuro que debíamos vivir.
¿Cómo puedes sobrellevar los años separados? Los he visto desfilar por las marcas en nuestros rostros, la frialdad de tu mirada y mi eterno corazón roto.
¿¡A qué le tienes tanto miedo!? ¿A volverte a enamorar... de mí? Todavía no entendiste que la felicidad no es sinónimo de muerte. La muerte es esto: tú y yo separados, mi cama sin ti durmiendo conmigo, tú... quizás besando otros labios. Esto es la muerte amor mío, no poder decirte amor mío cuando me de la reverenda gana.
¿Cómo no te duele esto? La distancia taciturna entre mis dedos y tu piel, o el abismo sin fondo donde fueron a morir las esperanzas de envejecer juntos. ¿¡Cómo no te duele!? La revancha que vino a cobrar el destino por la insolencia de conocernos cuando éramos unos críos sin nada que perder, excepto la vida misma. Cómo no te duele, haberte alejado tanto por tanto tiempo... de mí.
¿Por qué los días pasan equivalentes unos con otros? ¿Por qué las profecías no se cumple contigo? Ya ni siquiera te puedo ver en mis sueños... Ya ni siquiera recuerdo tus ojos...
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
domingo, 29 de julio de 2018
CAFÉ PARA DOS
Te tuve entre mis dedos un segundo tan efímero, tan escaso y tan certero.
Volviste a mí, de golpe, desde un sitio olvidado, tanto que ya ni tu nombre conocía, pero algo, supo traerte de vuelta; siempre es así: itinerancia, vas y vienes, atormentándome cuando encuentro paz.
No pensé que ese día una mujer desconocida, resucitaría mi ilusión contigo. "Hija, ese hombre, el que tienes clavado en el corazón, aparecerá para no marcharse, cuando 50 días sean cumplidos "
¿Vaticinio del fin de mi espera? ¿Una broma cruel de una mente perturbada a otra igualmente enferma, pero de amor por ti? ¿Cómo pudo saber, si no hablo, porque me dueles?
Me prometió que antes de que Agosto se exitingiera, descansarías en mi lecho...
Me prometió que nuestras almas nacieron juntas y que así deben morir: juntas.
Me prometió que entre nosotros, pese a todo, aún hay amor. ¿Será posible?
Te tuve entre mis dedos un segundo tan efímero... tu presencia de a poco me envolvió, susurrando, observando, llegando como un terremoto, para desbaratarme el entendimiento y la seguridad de la que presumía. Una sensación de inminencia se levantó conmigo cada día, casi como agotando el tiempo para verte volver, cuanto antes, porque ya paciencia no me queda y mi necesidad por ti, se exacerba en exponencial.
No es sano, querer de esta forma. No es natural, el tiempo que nos tiene distanciados si tú y yo, desde siempre supimos que siempre seríamos tú y yo.
Ya Agosto está próximo. Pondré a preparar café para dos.
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER.
miércoles, 4 de julio de 2018
MICHELLINE
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
VANAGLORIAS PARA QUIÉN LAS QUIERA
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
miércoles, 20 de junio de 2018
LA NIEVE
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
lunes, 28 de mayo de 2018
EL AMOR
miércoles, 28 de marzo de 2018
DE CUANDO YA NO ESTUVISTE
¿Desperté o estaré soñando? Siento el silencio seduciendo a mi alma y las cosquillas recorren mi cuerpo, mientras los arreboles se plasman en mi piel dejándola de cobriza a rojo intenso.
Aparece el viento celoso, arrastrando tu perfume y sus recuerdos a la mierda y así, de pronto, te vas.
Te vuelvo a ver desapareciendo entre las tinieblas de la noche que se hace firme... Cuánto de eso... cuántos días sin noches, cuántas noches apoderándose del mundo: Desierto y mar. Hambre y banquete. Tú y yo. Lo innegable y lo imposible.
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
martes, 27 de marzo de 2018
BITÁCORA DEL CAPITÁN, DÍA 2
Se aproxima la aniquilación de los días... Oleadas incesantes de insomnio dispuestas a destruir tanto como puedan... Un vacío en expansión desde la creación misma comienza a proclamarse entre lo que que ahora me quita el aliento y yo... No importa cuántos años lleve a cuestas. No importa lo que haya aprendido antes de hoy. No importa que las heridas aún duelan al recordar, si con tal de todo, la promesa de un beso se puede ver a contra luz.
lunes, 26 de marzo de 2018
BITÁCORA DEL CAPITÁN, DÍA 1
jueves, 8 de marzo de 2018
QUÉDATE
EL CUERPO TIENE MEMORIA
DROGAS DE ADICCIÓN
PODRÁN HACER DE MÍ
jueves, 15 de febrero de 2018
EL GRITO
Ese sonido.. ese devastador sonido hizo darme cuenta que la vida cobra factura cuando menos se espera.
Cargos por las mentiras dichas, los daños infligidos, por hablar mal y con odio de personas sin sentido, por todo pecado realizado alguna vez…
Ese sonido que congela el tuétano de un golpe y trae de pronto, imágenes fugaces de todo lo que pudo haberse hecho antes para evitar tan tenebroso desenlace. “Si tan solo"… reinó en mis pensamientos… Si tan solo hubiera revisado, si tan solo hubiera esperado, si tan solo fuera más cuidadosa, sin tan solo… Ya nada servía y de mi arrepentimiento ¡Oh qué hablar de ellos! Aparecieron en batallones incriminándome por el descuido.
Ese sonido, el que uno no quiere escuchar jamás, porque se sabe es una forma tétrica de recordarnos la humanidad acarreada y lo imperfecta que resulta ser… Es el sonido de la dependencia haciéndose manifiesto y de la inutilidad enraizada a ella, la propia insignificancia, si se quiere, resumida a un acto que marca un antes y un después.
Ese sonido, ese puto sonido del celular cayendo al agua.