sábado, 16 de octubre de 2010

El amor en los tiempos de la P.S.U


hay desesperación y locura en el aire, y los sentidos no responde a otra cosa que no sea a números, frases, textos largos donde hay que buscar el sinónimo a una que otra palabra, muchas veces ocupada en otra ocaciones, pero que, sin embargo, no se tiene idea del significado, ya sea, connotativo o denotativo, a preguntas rebuscadas de biología y fórmulas de otro mundo referentes a física.
Ya no hay letargo, noches de cansancio donde solo se quiere contraponer la pesadez de los párpados con las palpitaciones extrañas en la cúlmine de las piernas que han recorrido los mil kilómetros de una maratón interminable, que tiene por meta una cartola con círculos por rellenar y que todos esten bien contestados, para ostentar el premio de 3 cifras combinadas: 850...sin cabida a las probabilidades, una cifra cerrada y por ningún lado, mutable.
No hay hálito limpio que los pulmones puedan digerir, solo abunda la polusión de dudas maliciosas que prolifera como si el mundo se fuese a acabar ( de hecho lo está haciendo) en el cerebro congelado en el último ejercicio de matemática que no fui capaz de contestar. Ya he perdido hasta la escencia de mi ser, entre tanto escándalo por una simple prueba, que pese a todo, es la que decidirá el resto de mi vida: Las amistades que tendré, las personas que amaré, las cosas que compraré, los arrepentimientos por arrepentirse, los hijos que pariré, los llantos, las risas, los saludos y las siempre malditas, despedidas que que empiezan a rondar mis pasos.

Hay vacío en todos lados, PSU en todas partes, Becas, universidades, tantas cosas, que no sé si valgan la pena de tomar en cuenta antes de tiempo, porque no es sano....
y sin embargo, entra algo que puede quebrar los esquemas predispuestos desde hace quinientos años por mis planes, que no tiene solución en los Reales, inclasificable en lo biótico o lo abiótico, y un retruecano inexplicable sin el uso extenso de andróminas boáticas... un ápice delicado de sentimientos que brotan aquí dentro, en este músculo que bombea sangre alborotada a mis células y que no siente lo que yo... Ha nacido el amor en los tiempos de la PSU... El amor en los tiempos de la P.S.U.

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