Hablaron de ti con tanta displicencia… Hubo un vacío en mi
pecho entonces, como si aquel hombre de hace tanto tiempo resultara ser una
mentira traicionera con raíces profundas en mis recuerdos, de pronto, fuiste otra
persona, una a la que nunca conocí. Apareció el caos en mis pensamientos ¿pudo
ser acaso una invención mía, tu figura degenerándose lentamente con los años
hasta transformarse en algo cercano a un sueño feliz? ¿puede que haya perdido
la cordura de un golpe y no me di cuenta?
¿Quién eras en verdad? ¿Mi príncipe azul desperdiciado por los caprichos
de la juventud y la inexperiencia o aquel rencoroso tan bien caracterizado en
frases apáticas? ¿Mentiste conmigo o con
el resto? Me rehúso a creer que este
amor, sea una pérdida de energía mal invertida…
Hablaron de ti con tanto rencor, como hubiera hablado yo si
no fuera por el cariño que te tengo pese a todo, ese que obliga a silenciar
cualquier tipo de oración si tiene tu nombre de por medio: ni una palabra a favor,
ni una palabra en contra. ¿Jugaste también con las intenciones de ellas? ¿Fue
tu desquite contra el mundo por no corresponderte a tiempo? ¿Les diste tu mano
como me la diste a mí?...
¿Quién eres? ¿Los años acaso maduraron tu soledad, por eso
rehúyes del mundo y su alegría? Dicen que ya no ves a nadie, que nadie te
interesa, salvo tu ego y tu altanería, que la felicidad y los amigos son innecesarios
por estas fechas ¿En serio hablan del mismo al amé con desespero o es una broma
mal jugada insistente en dejar cabida a especulaciones pueriles? Yo no puedo
defenderte, porque en este punto concordamos todas… - “La muerte ronda a las
personas felices, y yo no quiero morir todavía”- Comenzó a sonar tu voz en mi
cabeza. Creí haber olvidado esa frase destinada a destruir mi corazón, pero ahí
estaba, dándoles el favor para luego, reclamarme por lo estúpida que fui por no
haberme dado cuenta antes de que el amor se te fue de las manos en un instante
cobarde y con él, me fui yo.
Si esto fue verdad… ¡Dios! Si es que acaso fue verdad, ¿el
resto de las ofensas lanzadas en tu contra también lo son? ¿Me amaste alguna
vez? Se oscureció mi mundo por completo en dos segundos al dar cabida a la
posibilidad de un no.
Quise soltar mis ataduras y pedirles silencio, pero muy en
el fondo, algo me decía, que ellas tenían razón, y tú habías dejado de ser,
lejos de mis ojos, el guardián de mis anhelos.
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
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