lunes, 4 de marzo de 2019

LA DISPLICENCIA






Hablaron de ti con tanta displicencia… Hubo un vacío en mi pecho entonces, como si aquel hombre de hace tanto tiempo resultara ser una mentira traicionera con raíces profundas en mis recuerdos, de pronto, fuiste otra persona, una a la que nunca conocí. Apareció el caos en mis pensamientos ¿pudo ser acaso una invención mía, tu figura degenerándose lentamente con los años hasta transformarse en algo cercano a un sueño feliz? ¿puede que haya perdido la cordura de un golpe y no me di cuenta?  ¿Quién eras en verdad? ¿Mi príncipe azul desperdiciado por los caprichos de la juventud y la inexperiencia o aquel rencoroso tan bien caracterizado en frases apáticas?  ¿Mentiste conmigo o con el resto?  Me rehúso a creer que este amor, sea una pérdida de energía mal invertida…
Hablaron de ti con tanto rencor, como hubiera hablado yo si no fuera por el cariño que te tengo pese a todo, ese que obliga a silenciar cualquier tipo de oración si tiene tu nombre de por medio: ni una palabra a favor, ni una palabra en contra. ¿Jugaste también con las intenciones de ellas? ¿Fue tu desquite contra el mundo por no corresponderte a tiempo? ¿Les diste tu mano como me la diste a mí?...
¿Quién eres? ¿Los años acaso maduraron tu soledad, por eso rehúyes del mundo y su alegría? Dicen que ya no ves a nadie, que nadie te interesa, salvo tu ego y tu altanería, que la felicidad y los amigos son innecesarios por estas fechas ¿En serio hablan del mismo al amé con desespero o es una broma mal jugada insistente en dejar cabida a especulaciones pueriles? Yo no puedo defenderte, porque en este punto concordamos todas… - “La muerte ronda a las personas felices, y yo no quiero morir todavía”- Comenzó a sonar tu voz en mi cabeza. Creí haber olvidado esa frase destinada a destruir mi corazón, pero ahí estaba, dándoles el favor para luego, reclamarme por lo estúpida que fui por no haberme dado cuenta antes de que el amor se te fue de las manos en un instante cobarde y con él, me fui yo.

Si esto fue verdad… ¡Dios! Si es que acaso fue verdad, ¿el resto de las ofensas lanzadas en tu contra también lo son? ¿Me amaste alguna vez? Se oscureció mi mundo por completo en dos segundos al dar cabida a la posibilidad de un no.
Quise soltar mis ataduras y pedirles silencio, pero muy en el fondo, algo me decía, que ellas tenían razón, y tú habías dejado de ser, lejos de mis ojos, el guardián de mis anhelos.


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

© Francisca Kittsteiner, 2008 - 2009.
- Franykityzado por Klaus, ©2009.