domingo, 1 de septiembre de 2019

ENTRE LAS NUBES


Hubo un día en que di una vuelta larga en una maraña de pensamientos grises. El camino fue sombrío con ventoleras implacables, haciéndome flaquear las piernas en su afán de seguir adelante ¿Por qué? No sé. Nunca hubo nada esperando al final del túnel, pero seguí, pese a todo, a pesar de todo.

 Discutí con mis demonios sobre tregua de paz, ya suficiente daño les causé en venganza. Los dejaría vivir, pero tan lejos como fuera posible de mí, donde no los pueda encontrar jamás, o los mataría sin dudarlo dos veces... se lo ganaron, al paralizarme en el sueño.

 La tarde estaba dando sus últimos respiros y un vaho romántico se levantó de pronto inundando el espacio. Un olor dulce invadió al mundo en dos segundos, mientras en el horizonte las nubes hacían el amor con las estrellas. Fue cuando los arreboles hablaron: él ronda tus pasos.  Fue un vaticinio drástico, de esos que congelan el alma en un momento perpetuo. De esos que se arraigan profundo en la memoria hasta dejar cicatriz... Un devaneo si se quiere, entre el lazo maldito de tu corazón y el mío.


 La tarde se tiñó con el color de la sangre en algarabía y fui volátil para perderme en el calor desprendido de un cuerpo antes de morir. Estuve ahí, en el espacio entre tu hombro y tu cuello, donde tantas veces dormí sin preocupación. Volví al lugar que fui feliz, sin importar el paso malicioso de los siglos sin verte... fui el aire, fui el vacío, fui el destino, con tal de estar cerca una vez más... Aunque, no hubo compasión conmigo, al traer de un golpe la necesidad de ti. Pensé me había vuelto inmune y que tu nombre era sólo otro condenado a la lista por olvidar. Me perdí, de pronto, en los embrujos de sensualidad que me pusieron delante. La carne es más débil de lo que pensé. Sin embargo, el vacío se hizo demasiado, y me ahogué en llanto, por llamarte desesperada, cuando los labios de otro hombre me desnudaban sin titubear... "sin tan solo fueras tú " fue la frase que inundó mis cabeza. Si tan solo fueran tus manos las que me despojan de la indumentaria, con habilidad. Si fueran tus labios los que me asechan como queriendo robarme la vida de un golpe, antes de extinguir el beso. Si tan solo fuera tu piel, la que expele la esencia que me tiene de rehen. Si tan solo fuera tu voz la que pronuncia mi nombre seguido de las dos palabras que más miedo me dan en el mundo y me obligan a correr en sentido contrario: te amo.

 Pero no eres tú, y seguramente, nunca lo serás. Pasaron los días y sentí un cambio en el giro del mundo, un desequilibrio abrumador...

Cerré los ojos para afinar el instinto y descubrir el causal del propósito extraño, aunque no lo encontré cerca, sino que entre las nubes; ahí estaba, tu figura deambulando, como si me vinieses a buscar.


 ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER. 

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