miércoles, 15 de diciembre de 2010

DEPENDENCIA



Explícame en simples términos, cómo llegué a este estado de demencia,
Creyendo que el infinito no existe y que es imaginaria su raíz,
Perdiendo los cabales que me obligan a callar como voto de penitencia,
Al traicionar a mis impulsos y maldecir a la vida por su matiz.

Enséñame cómo liberarme de las cadenas que me amarran con persistencia,
A un pasado que ya no quiero seguir recordando porque me temo, ha muerto,
Asfixiado en versos divinos sobre mí, sobre ti, y esta macabra dolencia,
Que terminó ejecutando a un amor que se suponía, eterno.

Muéstrame el camino que me conduzca hacia mi propia independencia,
Pues mis colonias siguen al mando del rey que no conoce a su sirviente conquistador,
Que arriesga todo lo que tiene y lo que no para ganar su magnificencia,
A cambio de un beso regalado antes de jurar nunca volver a parir un amor.

Ven y trae contigo a los verdugos que han de dictar temprana sentencia
En contra de mi cabeza que no ha hecho sino, pensar en ti y rezar por tu cuerpo.
Ven y arranca de mis brazos la palpitante agonía que dejaste con prudencia,
Antes de sacarte el disfraz de ángel y aparecer como eres, cuervo.



Deja de asechar en cacería, con tus manos, mi inocencia,
Porque ya no soporto la idea de lo que está pasando entre nosotros,
Entiéndeme, te amo como lo no volveré a hacer, pero no aguanto la dependencia
Que desarrollé sobre ti, al imaginar que tus labios están en todos los otros.

Libérame de mis pecados, de este remolino lleno con turbulencias,
Dime adiós y partiré tranquila a un destino que todavía no invento,
Mientras me ahogo con las flores en botón y sus melosas pestilencias,

Que no hacen más, que acordarme que amarte fue un mal intento.


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER

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