¿Existe traición que se pueda perdonar? Yo, que renuncié al
amor más grande que jamás tendré por preferir mi orgullo ¿Seré capaz de
aguantar conservar una amistad que tomó posesión de algo que alguna vez fue mío
y que por obediencia, le era inalcanzable? …
Debería echarme a llorar hasta inundar el continente, pero
no, le doy consejos de cómo ser feliz con el hombre con el que yo, en su
tiempo, fui feliz… ¿Seré racional en estos momentos? ¿Qué papel debo
interpretar, el de mejor amiga de la amiga usurpadora o el de novia anterior de
un gran romance? ¿Por qué Dios me pone estas pruebas cuando más necesito
descanso en mi conciencia? Quizás esté soñando y lo que sé nunca ocurrió, pero
esto ya lo había visto en sueños anteriores….
En secreto, siempre supe que tarde o temprano, robaría algo
mío. Y pensar que yo la envidiaba ¿Pero de qué? ¡Si es ella la que anda
persiguiendo mi despojos! Creo que apareció la catarsis al final. Esto explica
el porqué de muchas cosas…
En una de esas, estaba ciega o me rehusaba a ver lo evidente
porque miedo a la destrucción de mi entereza ¿Seré capaz de perdonar de corazón
y seguir confiando en ella? ¿Es una
señal del destino para que tome cartas en el asunto y corte de raíz todo
contacto? ¿Cómo fue capaz de ocultarme algo así? Es un insulto a mi
inteligencia el pretender que yo no me daría cuenta, siendo que soy la única persona
en el mundo, no ¡En el universo! A la que no le puede mentir. Pensar que la
envidiaba…
Y él, que hasta hace pocos meses besaba mi boca, decide atar
en las cercanías de mi cariño…
Si no soy capaz de perdonar mis propios errores, no es
lógico que en estos momentos pase por alto una puñalada tan profunda… tal vez
es una hemorragia interna y los niveles altos de catecolaminas en sangre no me
permiten darme cuenta de que me estoy poniendo exangüe hasta un punto peligroso, o ya perdí mis
cabales, me operaron de los nervios o
puede ser que esa misma sapiencia previa de la inevitable traición me haga
reaccionar así.
Pero insisto, si no perdoné al único hombre que he amado con
locura y dolor terrible, ni a mí misma
por no hacerlo, pretendo absolver los errores de la persona en quién más
confío.
Como sea la cuestión, necesitaba desahogarme y no dormir con
la hiel condensándose en mi garganta… ya hace frío y no quiero seguir gastando
horas de letargo exponiendo la presunta herida más grande que ha podido infringirme
y que pese a todo, no duele, ni sangra o no soy consiente…
¿Perdonar? Difícil… si hay traición una vez, nadie garantiza
que no exista de nuevo… En cualquier caso, perdonar es divino, y yo no soy
ningún Dios.
ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER
No hay comentarios.:
Publicar un comentario