lunes, 26 de enero de 2009

TENGO GANAS


Tengo ganas de llorar, pero se que no debo,

Porque me falta una razón, porque no tengo tiempo,

Porque lo pierdo mientras escribo y escribo mientas duermo,

Cuando debería estar corriendo,

Quemando rabia y calorías extinguiendo,

Cuando podría estar pensando

Qué hacer con mi vida falsa,

Cuando puedo estar estudiando

Para despertar y salir de esta casa.

Tengo ganas de reír, cuando no lo siento,

Como un acto reflejo a la caída de un cometa,

Pedir un deseo: desaparecerme completa

Y convertirme en silencioso viento.

Quiero fusionarme con el aullido de los lobos,

Para tratar de confundir a los recónditos locos,

Que habitan en mi mente aniquilando las sonrisas,

Como olas voraces que destruyen deprisa

Todo lo que a su paso encuentren,

Sea animal, sea concreto, tenga vida o sea inerte.

Quiero no pensar en que quiero quererte,

Inventarme un futuro como toda la gente,

Y salir de los furtivos pasillos oscuros

Que aborrecen mi existencia y que nublan mi mente.

Anhelo volver a usar tacón y vestidos atrayentes

Que minimicen las luces de los letreros fluorescentes

Que anuncian sin preámbulo, mi muerte:

Solitaria, angustiosa, pasajera, intermitente.

Tengo ganas de ir al cine y olvidarme del planeta,

Vivir una de esas historias que están en cartelera,

Encontrar un príncipe que me aparte de la pena,

De verme ahora sola, como siempre en primavera.

Quiero tomar un tren sin regreso a la estación,

Que no pare jamás y que siga con fulgor

Por todos los durmientes aniquilados por la brisa.

Quiero encontrar un lápiz que no se borre con la prisa

De una mano tiritona que sostiene arribista.

Tengo ganas de un café, uno de esos de revista,

Con la espuma inagotable con dulce color amatista,

Que se desase en la boca sin tocar nunca una pizca,

De lo que mira e interpreta, de mis ojos, la vista.

Quiero escuchar a Mozart tocando en vivo, un segundo,

Que salga de su tumba y ponga el piano al punto

En que se toque solo, luego de que él ya no exista,

Para que mis oídos se deleiten con lo que ya no es justo.

Quiero escribir mejor que los poetas medievales,

Y recibir el titulo que tanto aprecian los rivales

Que se ganan en el trabajo los que escriben los cantores,

Para amores sufridos, para almas sangrantes,

Para personas como yo, sin después y sin antes.

Quiero ser yo, solo yo y más nadie,

Quiero dejar volar las ideas que destruyen mis soñares,

Convertirlas en piedras y las piedras en glaciares

Que permanezcan por siglos, y por ellos los millares.

Tengo ganas de una noche, sin estrellas, sin alardes,

Solo oscuridad donde esconder una frase:

“¿estas ahí Dios? Acudid a mi rescate”

Silencia los rumores de los árboles ancestrales

Que transmiten el sonido de los Ángeles celestiales.

Quiero tener paz, aunque sea por un instante,

Quiero sentir la emoción de sentarme con los grandes,

De no ser menos, ante nada, ante nadie,

De ser solo una mujer con pensamientos de gigantes.

ESCRITO POR FRANCISCA KITTSTEINER

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