jueves, 11 de agosto de 2016

EL PACIENTE DE LAS 12

                 


  Ocurre algo particularmente extraño. Hoy atendiendo en lo cotidiano del día a día  y la rutina del hospital , con la escarcha  en las ventanas y los ojos fijos en el reloj ansiosa de que dieran las 12 para poder salir y terminar la jornada, apareció un hombre dolorido del pecho, con tu cara, tus ojos cansados, el mismo brillo que vi al conocerte, pero marchito por la edad. Era un fantasma de las navidades por venir. Y de la nada me encontré preguntándome qué será de ti, si acaso te habrá tratado bien la vida o le habrás encontrado cura al amor.... ¿Por qué cada cierto tiempo, como intervalo sagrado o un bien, un paroxismo de demencia, algo se encarga de recordarme tus recuerdos? ¿Será por ésta historia inconclusa entre los dos? ¿Será el exceso de cafeína apoderada de mis nervios la que me hace alucinar o quizás, tú invocándome a la distancia? ...

- Cuénteme ¿Qué puedo hacer por usted?
- Tengo miocardiopatía de Takotsubo, doctora, y ...- Me ausenté un segundo.
- ¡Ah! Síndrome del corazón roto... - Interrumpí.

¡Cuántas veces tendrá el destino que gritarme a los oídos los errores que cometí!  Puede ser que tú también lo hayas padecido y nadie lo sabía, lo más lógico era culpar al amor maltrecho nacido en la juventud. 

Debí haberme reportado enferma en la mañana, así no estarías bailando flamenco en mis lamentaciones, fantasma de las navidades pasadas.
¡Maldición!


ESCRITO POR: FRANCISCA KITTSTEINER.

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